jueves, 12 de marzo de 2009

Cambio metodológico en Francés

En el segundo semestre de 2008 inicié estudios en francés. En principio estaba muy motivado por iniciar el aprendizaje de un nuevo idioma, pese a los comentarios de algunos compañeros que estaban en segundo y tercer año de Derecho, consistentes en que el aprendizaje del francés era una tarea muy ardua y que al fin y al cabo no quedaba mucho tiempo para estudiarlo teniendo en cuenta la carga académica del programa de Derecho, por lo cual sugerían clasificar en el idioma inglés para que el esfuerzo fuese menos intenso y de esta forma la nota pudiese resultar mucho mayor.

Independientemente de las recomendaciones, me aventuré a iniciar con el estudio del Francés. Las primeras semanas estuve muy motivado, haciendo todas las tareas, buscando en el diccionario todas las palabras desconocidas, preguntando todo lo que no se entendía, etc. Pero poco a poco se avanzaba con mucha velocidad en el estudio de nuevos temas, de tal forma que en cada clase se veían hasta tres y cuatro temas, y se dejaba tarea abundante que en algunas ocaciones no alcancé a realizar.

Poco a poco el nivel de exigencia incrementaba y siendo estudiantes de primer nivel, debíamos producir escritos de 60, 70 y hasta 80 palabras, así como inicar con conversaciones para los cuales se suponía ya debía haber una mínima base de léxico. Esta situación comenzó a preocupar a algunos compañeros del grupo (los que no sabíamos francés), y en este sentido al final del curso las notas no fueron las mejores. El 90% del curso en el que me econtraba aprobó, pero con notas que no fueron superiores a 3,9 (sobre 5,0), teniendo en cuenta que los que aprobaron con notas altas ya tenían conocimientos previos del idioma.

Al finalizar el primer curso, existía una gran preocupación que se generalizó entre los alumnos y fue la de repetir el curso de primer nivel, ya que la gente sentía que no tenía las herramientas suficientes para dar un segundo paso... pasar al segundo nivel. Teniendo en cuenta nuestra preocupación, averiguamos cuales eran las posibles consecuencias de repetir el nivel, para lo cual nos respondieron que si repetiamos nivel, igual debíamos estudiar los cuatro niveles exigidos por la Universidad, lo cual significaba que de una u otra forma, se iba a extender el período de estudios del idioma.

Luego de hacer un análisis, yo por lo menos decidí seguir adelante y asumir el riesgo. Mis compañeros llegaron, cada uno, a la misma determinación.

Iniciamos en este semestre (primer semestre de 2009) con el segundo nivel de francés y las dos primeras clases fueron preocupantes, ya que no entendiámos mucho y daba la impresión que estuviesemos tomando un curso de latín....! Así transcurrieron las dos primeras semanas, hasta que una grata nocitia se ocupó de nosotros... Se había hecho una reorganización del programa de fráncés, para lo cual se reduciría el temario en cada uno de los diferentes niveles y comenzaríamos haciendo un repaso general de algunos de los temas vistos en el primer nivel.

Para sorpresa de todos, la metodología de enseñanza del profesor que nos dicta en este semestre es mucho más interesante, ya que se organizan actividades para hacer la enseñanza mucho más práctica y amena, y sin tanto rigorismo de tipo gramatical. En nuestro curso hoy se respira un aire de amabilidad y de mayor interés por el idioma, lo cual facilita su aprendizaje.

Finalmente y para concluir, en estos días estuve hablando con un amigo que tambíen está estudiando francés pero que está ubicado en otro curso, y me comentaba que su experiencia era bien parecida a la que nosotros estamos viviendo, de tal forma que en su curso se realizan actividades como juegos y diálogos en grupo, con lo cual se lleva a la práctica los conceptos que han sido vistos. Con seguiridad este cambio de metodología va a tener un efecto en la comprensión y estudio del idioma y por supuesto en las calificaciones que iremos a obtener en este semestre.

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3 comentarios:

Juan David Bazzani M. dijo...

Me parece, que tocar un tema de estos y abordarlos de esta forma, vista desde la perspectiva del que esta inmerso en el oficio, en este caso el de estudiar francés, es supremamente importante. Porque primeramente plantea la perspectiva opuesta que no significa que sea necesariamente contraria a la que siempre estamos acostumbrados de recibir por parte de los pedagogos. Inclusive si tuviéramos la oportunidad de conocer más ese tipo de críticas y opiniones en el concepto de educación en general, tal vez, existiría una posibilidad de mejorarla, o al menos ayudarla a consolidar mejor.
Quisiera también hacer referencia a una frase muy interesante que atrapo mi atención, “la metodología de enseñanza del profesor que nos dicta en este semestre es mucho más interesante, ya que se organizan actividades para hacer la enseñanza mucho más práctica y amena, y sin tanto rigorismo de tipo gramatical.” El principal elemento que me llamo la atención es el que refiere de lo ameno, ya que esto implica un grado de comodidad tanto como para el estudiante como para el profesor, cosa que ayuda a estrechar las relaciones creadas entre ellos, y por lo tanto el provecho de la clase pueda ser mayor, siendo una clase mas fácil de dictar para el profesor, y mejor recibida por el estudiante, quien con plena seguridad tendrá mucha mejor conexión con la materia.

Daniela Useche Sánchez dijo...

Utilizar la práctica sobre la teoría aumenta significativamente la capacidad de retensión de información y más ahora que nos encontramos aprendiendo y sobre todo aprehendiendo nuevos terminos y en un idioma que no conocemos.
Quiero enfatizar que no importa cuanto pueda saber de francés la persona que nos enseña, ante todo debe ser un buen pedagogo y debe estar dispuesto a enseñar de una manera práctica y que le facilite el aprendizaje a sus estudiantes. Esa es la clase de profesores que necesitamos.

Carlos Andrés Botero Peñarete dijo...

Es claro que este corto articulo refleja en su extensión el resultado de una educación sin pedagogía o metodología alguna que permita al estudiante cursar y culminar con éxito y satisfacción las metas y objetivos propuestos al iniciar cualquier tipo de curso o preparación de cualquier índole.

Siendo evidente con esto el fracaso de las instituciones educativas y mentores de las mismas en educar, es importante que las instituciones y educadores actuales entren en conciencia y se preocupen por adoptar métodos idóneos y novedosos para la enseñanza que conduzcan a la creación de métodos educativos de calidad acompañados de métodos pedagógicos adecuados.